LA EXPERIENCIA DE LA PASCUA DE UN SER QUERIDO EN LA FAMILIA

Con motivo de la pascua de mi Padre Julio Cesar Téllez Ulloa, el día domingo 23 de julio a la edad de 86 años, en Vélez (Santander),  quiero expresar mis agradecimientos al Señor por su llamada y nacimiento para el cielo de mi querido papá y a todos ustedes por sus mensajes, saludos y presencias que hacen parte de ese bálsamo del amor de  nuestro Padre Dios, el “Dios de la vida” que siempre nos acompaña en esos momentos tan dolorosos a nivel humano.

Por tal motivo quiero compartir las enseñanzas del Papa Francisco en la Exhortación apostólica LA ALEGRÍA DEL AMOR” sobre estas experiencias que marcan las vidas de todas las familias.   Los hacemos en el contexto de preparación para la venida de nuestro querido Santo Padre a Colombia.  Estamos invitados a dar un “PRIMER PASO” a nivel de la Pastoral Familiar del Minuto de Dios y de la Comunidad Matrimonial Alegría para hacer una bella acogida a quien viene a confirmarnos en la fe. 

CUANDO LA MUERTE CLAVA SU AGUIJÓN

253. A veces la vida familiar se ve desafiada por la muerte de un ser querido. No podemos dejar de ofrecer la luz de la fe para acompañar a las familias que sufren en esos momentos[280]. Abandonar a una familia cuando la lastima una muerte sería una falta de misericordia, perder una oportunidad pastoral, y esa actitud puede cerrarnos las puertas para cualquier otra acción evangelizadora.

254. Comprendo la angustia de quien ha perdido una persona muy amada, un cónyuge con quien ha compartido tantas cosas. Jesús mismo se conmovió y se echó a llorar en el velatorio de un amigo (cf. Jn 11,33.35). ¿Y cómo no comprender el lamento de quien ha perdido un hijo? Porque «es como si se detuviese el tiempo: se abre un abismo que traga el pasado y también el futuro [...] Y a veces se llega incluso a culpar a Dios. Cuánta gente —los comprendo— se enfada con Dios»[281]. «La viudez es una experiencia particularmente difícil [...] Algunos, cuando les toca vivir esta experiencia, muestran que saben volcar sus energías todavía con más entrega en los hijos y los nietos, y encuentran en esta experiencia de amor una nueva misión educativa [...] A quienes no cuentan con la presencia de familiares a los que dedicarse y de los cuales recibir afecto y cercanía, la comunidad cristiana debe sostenerlos con particular atención y disponibilidad, sobre todo si se encuentran en condiciones de indigencia»[282].

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No solo parejas, también familias!