(Con autorización expresa de Valentina y de sus padres, queremos compartir este precioso tesoro de sentimientos que hablan de la grandeza de las personas y de las relaciones que se establecen ya en la infancia, a sus once años.  Carta que fue leída valientemente en público en el momento de la sepultura por la autora y al final por todos sus compañeros. Qué bella lección de humanidad).

“Para mi gran amigo JULIAN GONZALEZ GUACANEME. 

Hoy me nace de mi corazón contarles que el día de ayer recibí de parte de los padres de Julián, una carta que él en vida me escribió; para mí ha sido una enorme felicidad saber que nuestra amistad era muy importante para él; y por eso no quiero que partas de aquí sin que escuches, no sólo lo que eres para mí sino lo que eres para todos nosotros tus compañeros y amigos de clase.

Julián cada persona  ocupa un espacio especial en nuestras vidas, pero tú ocupaste el mejor lugar, por eso hoy nos consideramos niños muy afortunados de conocerte, de saber que podíamos contar contigo, con tus ocurrencias, con tu bella sonrisa, tus hermosas palabras, con esa manera tan linda que tenías de ser, siempre viviste tan preocupado de todos nosotros, de nuestro bienestar, nos enseñaste a reconocer nuestros errores,  a dar, a compartirlo todo.  ¿Cómo siendo tan pequeño podías saber tantas cosas?

Los adultos siempre dicen que todos nacemos con una misión y siempre creemos que las misiones son hacer cosas muy importantes en la vida, pero en estos días yo he entendido que la misión de las personas es aprender a saludar, a ayudar, a hacer responsable, cordial, amable, respetuoso, cariñoso; y cuando hemos cumplido la misión, Dios bajará a la tierra, nos tomará de la mano y nos llevará.  Julián tú ya habías aprendido todo eso y te lo voy a decir por qué:

Tú eras uno de los niños más responsables del salón, siempre hacías tus tareas, trabajos, y estudiabas mucho para las evaluaciones, eras muy obediente y no te gustaba que ninguno de nosotros no le hiciéramos caso a los profesores, eras muy conciliador, no permitías que disgustáramos, siempre estabas preocupado por todos, eras el niño más caballeroso del salón, hablabas muy bien, eso indicaba que eras muy inteligente.  Tú aprendiste en corto tiempo lo que otros niños aprendemos en mucho; por eso hoy entiendo tu partida e invito a todos mis compañeros (de quinto de primaria) a que pasen al frente y entre todos hagamos una promesa:  

Julián te prometemos que tu silla nunca estará vacía en nuestro salón, para nosotros siempre seguirás ahí porque desde el cielo nos estarás mirando, acompañando y enseñando; te recodaremos como el niño alegre, cariñoso, caballeroso y respetuoso que eras; y los niños buenos siempre se recuerdan con una hermosa sonrisa en el rostro, hoy vamos a sonreír para ti, porque tú decías que una sonrisa lo podía todo, hoy vamos a demostrarte lo mucho que lo queremos, hoy vamos a hacer un pacto contigo.  Nuestro pacto será que todos los días seremos mejores niños, excelentes estudiantes, obedientes con nuestros padres, no pelearemos, cumpliremos con todos nuestros deberes en la casa y en el colegio, esa será la mejor forma de decirte gracias por todo lo que nos enseñaste y por eso pido un fuerte aplauso para él.  

Finalmente quiero contestar tu carta y quiero decirte que yo también te quiero mucho, que tengo muchos recuerdos bonitos de ti, que nuestra amistad también era y seguirá siendo muy importante para mí.  Gracias por haber sido mi amigo.  

Señor John González, señora Andrea Guacaneme y Cristian, si necesitan algo aquí estaremos, por favor no duden en contar con nosotros los amigos de Julián para lo que sea. 

Julián a todos los que te conocimos y disfrutamos de tu grata compañía, nos harás mucha falta.

Muchas gracias,

Valentina”.  

 

Aprovecho para saludar a estos queridos Papás que han vivido esta dura prueba.  Lo hemos acompañado con nuestra oración y afecto   humano y espiritual, con nuestra koinonía “Vida Nueva” en la que él hacía parte con gran entusiasmo y el Ministerio de Correspondencia. Pedimos al Señor los siga fortaleciendo con la fortaleza que recibimos por nuestra fe en Jesucristo Resucitado.   

Para todas las parejas y personas servidoras de la “Comunidad Matrimonial Alegría”, las parejas y familias que participan en las Asambleas de los Viernes y todas las parejas que han hecho sus Encuentros de Renovación Matrimonial, Encuentros de Renovación para Novios, Seminarios de Vida en el Espíritu para parejas y Cursos de Reconocimiento Natural de la Fertilidad y amigos de Casa Alegría una Feliz Navidad 2018 y un bendecido año 2019 para todos.

Lo recuerdo en mi oración con cariño sacerdotal y los entrego a todos a los Corazones amantes de Jesús y de María.

P. Raúl Téllez V. CJM

Director Pastoral Familiar Minuto de Dios
rtellezv@hotmail.com

 

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